Publicado: Guatemala, 27 de febrero del 2025
¿Separar la basura realmente reducirá la contaminación en Guatemala? Ramón Parellada analiza las verdaderas causas de la acumulación de basura en el país.
Acaba de entrar en vigencia una ley que implica obligación de la separación de desechos sólidos y hubo protestas de parte de quienes recolectan y separan la basura. Temen perder o ver reducidos sus ingresos. En realidad, es una ley que no viene a solucionar el problema de la contaminación en nuestro país. No creo que alguien con dos dedos de frente quiera ver ríos, carreteras, bosques, lagos y mares contaminados con toda clase de basura. Sin embargo, no entendemos el verdadero problema.
Los países más desarrollados son los que consumen más pero están menos contaminados. No vemos basura tirada en todos lados como lo hacemos en los países subdesarrollados. Es más, el 90% del plástico en el mar proviene de 10 ríos, de los cuales ocho están en Asia y dos en África. Menciono el plástico porque es lo que flota y se ve, pero así como el plástico, esos ríos llevan toda clase de basura. Separar la basura no hará que la gente deje de tirarla en la orilla de las carreteras, puentes, ríos, bosques o en cualquier parte.
La basura se tira donde nadie protesta, y generalmente es en la mayoría de las propiedades estatales. Las carreteras principales del país son estatales y justo en la orilla se observa la cantidad de basura que se acumula; lo mismo en las orillas de los puentes donde se tira basura y se forman basureros clandestinos esperando que el río se la lleve. Los ríos, lagos y el mar son áreas donde va a parar toda esa basura y tampoco son privados; son estatales. Donde no hay un dueño que defienda su propiedad, la gente tira la basura. La propiedad estatal podría defenderse si las municipalidades actuaran como si fuera privada. Pero eso no sucede en nuestro país ni en otros donde no hay certeza ante la ley ni un sistema de justicia que funcione. Tampoco funciona donde hay subdesarrollo y pobreza, porque la gente está ocupada en alimentarse y sobrevivir y no está pensando por el momento en cuidar el medio ambiente.
Por ello, cuando tratamos de reducir la contaminación en el país, lo mejor es promover todas aquellas medidas económicas que nos hagan crecer a mayor velocidad. Esto es, desregular, bajar impuestos, reducir trámites, fortalecer el sistema de justicia, reforzar la certeza ante la ley, defender la propiedad privada, la vida y la libertad, etc. En la medida en que el país genere más y mejores oportunidades, la contaminación por basura de todo tipo disminuirá. La gente podrá encontrar formas sanas y productivas de obtener ingresos que les permitan comenzar a preocuparse ya no por sobrevivir, sino por otros aspectos que hagan sus vidas más cómodas y mejores. De nada sirve separar la basura si, al fin y al cabo, se sigue tirando donde sea.
Esto me lleva a otro aspecto importante: la cultura. Me gusta mencionar a Japón, donde la gente, con tal de no ensuciar, no come en la calle, y si lo hace, guarda su basura en su pantalón o mochila hasta llegar a su casa, donde la tira. En Guatemala se observa cómo se tira la basura desde autobuses y vehículos en cualquier calle o carretera. La contaminación no se resuelve separando la basura, sino tirándola en su lugar. Así de sencillo. Y su lugar es en el basurero.
Por otro lado, la gente no quiere pagar por tirar la basura, por tener buenos y excelentes rellenos sanitarios, como deben ser. ¿Por qué? Por los aspectos ya mencionados: pobreza, cultura, falta de educación, certeza ante la ley y falta de justicia. Con el crecimiento económico y más oportunidades, las cosas irán cambiando, pero pretender que la gente separe la basura ahora no evitará que en el interior sigan apareciendo los basureros clandestinos y contaminándose los principales ríos del país”.