Desafíos en la gestión de la basura

Ramón Parellada C. / Empresario, catedrático universitario y director del Centro de Estudio Económico-Sociales (CEES). / rpc@cees.org.gt

Publicado: Prensa Libre/ Guatemala 11 de septiembre del 2025

¿Separar o responsabilizar? Ramón Parellada expone cómo el reglamento de clasificación de basura no resolvía el problema de fondo: la falta de consecuencias para quienes contaminan.

El reglamento para la Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos Comunes —acuerdo gubernativo 164-2021— fue declarado inconstitucional por la Corte de Constitucionalidad (CC). Originalmente, se pretendía que la basura se separara y clasificara en seis o más categorías diferentes, y se colocara en basureros distintos. Luego, la normativa se redujo a tres categorías: orgánicos, reciclables y no reciclables. Finalmente, se decidió que la separación se realizara en dos grupos: orgánicos e inorgánicos. Los camiones recolectores continuarían separando los productos reciclables y entregándolos a quienes los compran para su tratamiento. La normativa fue declarada inconstitucional porque vulnera la independencia municipal, que, en forma descentralizada, tiene, por ley, la responsabilidad de manejar los desechos sólidos.

La normativa no resolvía el problema principal de la basura en Guatemala. Lo primero que hay que hacer es buscar la forma de evitar que la gente tire la basura en la calle, en carreteras, puentes, ríos, barrancos, y en general en cualquier lugar que no sea propiedad privada. La gente arroja la basura donde sea porque no hay consecuencias por contaminar. Además, muchos alcaldes no tienen como prioridad, aunque es su obligación por ley, el manejo y disposición adecuada de los desechos sólidos. Hace dos semanas, hice una vuelta en bicicleta de montaña por los alrededores de Antigua, Guatemala. Al bajar hacia San Antonio Aguas Calientes, me topé con un botadero de basura en el camino que estaba bordeando un barranco adoquinado. La basura estaba por todas partes, en la calle y en el barranco en el que había un rótulo que decía “Propiedad municipal”. ¿Cómo se puede pretender que la separación de la basura resuelva el problema si hasta los mismos alcaldes, quienes por ley tienen la obligación de manejar y controlar la basura, se hacen los desentendidos? En ese botadero había pañales y todo tipo de desechos entre la calle y el barranco. Un área del basurero humeaba debido a algún fuego que se había prendido para reducirla. En los árboles había zopilotes esperando el momento para alimentarse de los desperdicios orgánicos. Y perros esqueléticos merodeaban entre los residuos dispersos por todas partes. Esta es nuestra triste realidad en muchos pueblos del interior del país.

La solución no era la separación de la basura. De hecho, no todo lo que se puede reciclar debe reciclarse. Lo que no genera valor no se debe reciclar, porque quien invierte en ello perderá dinero y empleará más energía e insumos de los que recuperará. Solo lo que genera valor vale la pena reciclar. Para mí, la solución pasa por permitir que no solo los alcaldes tengan la potestad de manejar los desechos sólidos, sino que cualquier persona también pueda hacerlo. Se quejan de que ya no hay áreas para tirar la basura. Pues bien, hay personas con terrenos en fincas privadas que estarían dispuestas a proporcionar un lugar y a manejar adecuadamente los residuos sólidos. Deberían contar con rellenos sanitarios adecuados y podrían gestionar la basura de manera eficiente, como una empresa privada, resolviendo así parte del problema de la disposición de esos desechos sólidos. Otra parte es el sistema de justicia y el cumplimiento de la ley. Si alguien ve que tiran basura en su propiedad, debería poder demandar. Lo mismo podría ocurrir con las propiedades municipales, incluyendo las carreteras que pasan por sus municipios. ¿Por qué demandar a quien contamina? Porque está causando daños a terceros y debe resarcirlo. Bastaría con la justicia a nivel municipal. Hoy en día, con tanta tecnología, se podría identificar a quienes arrojan basura en lugares inapropiados. Esto es más realista que la ley y el reglamento derogado.