Publicado: Guatemala, 20 de febrero del 2025
¿Moldea la ayuda internacional la opinión pública? Fritz Thomas explica cómo la cooperación internacional en Guatemala no es neutral sino un mecanismo de influencia política y social impulsado por actores externos.
El economista e investigador Olav Dirkmaat publicó un estudio titulado La ayuda extranjera como pasatiempo ideológico (2025), con una tesis provocativa y fundamentada: la cooperación internacional en Guatemala no responde a principios altruistas ni a la promoción de desarrollo económico y social, sino a una agenda ideológica y política dirigida por actores externos. El autor sostiene que la donación de fondos de entidades como el Open Society Foundations, Usaid, Ford Foundation, Oxfam y Rockefeller Brothers Fund, así como gobiernos y organizaciones de la Unión Europea, entre muchas otras, obedece más a un patrón de intervención política que al objetivo declarado de mejorar las condiciones de vida en el país. El artículo está disponible en internet.
El trabajo de Dirkmaat es valioso porque no se limita a enunciar sospechas o generalidades; respalda sus afirmaciones con datos y métodos analíticos rigurosos. Plantea que la ayuda internacional, especialmente en años recientes, ha sido utilizada como un mecanismo de influencia política y social, funcionando como un sistema de clientelismo transnacional. Su argumento central es que las organizaciones internacionales de “ayuda” financian y sostienen una estructura de actores locales —ONG, medios de comunicación, centros de estudios superiores e incluso partidos políticos— con el propósito de moldear la opinión pública en el país. La cooperación internacional, en su análisis, no es neutral ni desinteresada: se trata de una estrategia de propagación de ideas e intervención en los acontecimientos del país.
Para sustentar esta tesis, Dirkmaat utiliza herramientas de análisis de redes, donde mapea las conexiones entre donantes y receptores de fondos. Encuentra que existe un ecosistema interconectado de financistas internacionales y actores locales alineados con una agenda particular. El estudio se apoya en enfoques teóricos del public choice y el institucionalismo para argumentar que la asignación de ayuda extranjera no responde a criterios puramente técnicos o humanitarios, sino a incentivos políticos y estratégicos.
El autor hace un análisis cuantitativo basado en datos de financiamiento, aplicando técnicas de centralidad de redes para identificar nodos clave dentro de la estructura de la ayuda internacional. Esto le permite identificar patrones de financiamiento dirigidos a organizaciones específicas que comparten líneas de pensamiento. Complementa su estudio con modelos estadísticos para examinar la correlación entre el financiamiento y ciertos resultados en las recientes elecciones generales.
Un pequeño grupo de organizaciones internacionales, como las mencionadas arriba, tiene una posición central en la distribución de la ayuda extranjera, canalizando recursos a ONG y medios locales con posturas y programas con una clara orientación ideológica. Documenta cómo la ayuda internacional se canaliza al activismo político y social que promueve una visión particular de los problemas del país.
Dirkmaat concluye que la ayuda extranjera en Guatemala no es imparcial, equilibrada, ni meramente humanitaria, sino una herramienta de proyección política. Más aún, su análisis revela que estos fondos contribuyen a la consolidación de una élite política e intelectual que responde más a idearios externos que a las necesidades reales de la población. Este estudio desafía la visión convencional de la cooperación internacional como una fuerza de progreso y desarrollo; invita a reflexionar sobre el papel de las ONG y organismos multilaterales en la configuración del panorama político guatemalteco.