Publicado: Prensa Libre / Guatemala, 21 de marzo de 2024
Mientras la Junta Monetaria siga las directrices técnicas, el Quetzal seguirá manteniendo su valor, o sea, su poder adquisitivo.
Me impresiona las ansias de poder de algunos políticos para querer ocupar puestos claves en instituciones estatales. El caso que me llama la atención es la insistencia de algún diputado del Congreso de la Republica en querer ser nombrado representante ante la Junta Monetaria. Pero así toca según la ley dado que el Banco de Guatemala sigue las directrices de su Junta Monetaria y entre sus miembros directores está el nombrado por el Congreso de la República.
El Banco de Guatemala tiene una Junta Monetaria que se encarga de la dirección suprema del mismo. Su objetivo, de acuerdo con sus estatutos, es la de garantizar la estabilidad monetaria, cambiaria y crediticia del país. En cierto sentido, sus objetivos es fijar metas de inflación, controlar el tipo de cambio y las tasas de interés. Para mí, el Banco de Guatemala no debería emitir moneda y así no habría inflación. Posiblemente habría deflación lo cual no es otra cosa que el aumento del poder adquisitivo del Quetzal con lo cual los ahorros de la gente se incrementarían al igual que los salarios en términos reales. Pero hay quienes piensan que si es importante tener cierto grado de inflación y de ahí que las metas inflacionarias suelen colocarse alrededor del 4 o 5% anual. Este hecho significa que cada quetzal pierde poder adquisitivo en ese porcentaje anualmente debido a esta política de metas inflacionarias. No voy a comentar en este artículo sobre las alternativas a tener un Banco Central sino más bien, partiendo que ya existe, cómo es que funciona y que es lo ideal.
La Junta Monetaria aprueba la política monetaria, crediticia y cambiaria cada año. Tiene un enorme poder sobre la emisión de moneda y sobre las consecuencias económicas del país. ¿Quiénes integran la Junta Monetaria? El presidente del banco de Guatemala también es el presidente de la Junta Monetaria y tendrá ese durante el período para el que fue electo. Los ministros de Finanzas Públicas, Economía y Agricultura. Un representante del Congreso de la República. Un Representante de las Asociaciones Empresariales de Comercio, Industria y Agricultura (El CACIF es quien elige a este representante). Un representante de los Bancos Privados Nacionales. Y un representante de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Se quiera o no, esta Junta Monetaria termina siendo manejada políticamente. Sin embargo, en Guatemala, hasta ahora los criterios técnicos son los que han predominado y eso ha hecho que la institución tenga credibilidad y que las metas establecidas se alcancen casi siempre.
Siempre me ha quedado la duda del por qué tiene que haber tantas instituciones políticas en la Junta Monetaria. El presidente del Banco de Guatemala es nombrado por el presidente de la República. De ahí van tres ministros del gobierno actual más un diputado electo por parte del Congreso que también está favoreciendo al gobierno de turno que es quien ha conseguido la mayoría parlamentaria con sus acuerdos políticos. Por lo tanto, ya van 5 miembros que pueden ejercer un voto político contra cualquier propuesta técnica. Esto da miedo aunque constitucionalmente el Banco de Guatemala tenga amarradas las manos en relación con emitir moneda para financiar el déficit del gobierno. No puede otorgar créditos al gobierno. Este candado constitucional ha podido mantener baja la inflación del país dado que la mayor fuente de inflaciones o hiperinflaciones provienen del abuso de emisiones monetarias de los bancos centrales para financiar a los gobiernos de turno. Mientras la Junta Monetaria siga las directrices técnicas, el Quetzal seguirá manteniendo su valor, o sea, su poder adquisitivo. Si los criterios se vuelven políticos, lo contrario será la norma.