Nombrar y avergonzar
Otro ejemplo es Amnistía Internacional, organización que nombran y avergüenzan a países; esperan que los gobiernos acusados de violar los derechos humanos traten mejor a sus ciudadanos. Sin embargo, se hacen de oídos sordos las autoridades de los países peor evaluados, como Siria, Rusia, Arabia Saudita y China. Prefieren ser temidos dentro y fuera de sus fronteras, a congraciarse con la oenegé. A veces, los acusados reaccionan violentamente: Arabia Saudita amenazó a Estados Unidos con castigos económicos porque insinuaron que los sauditas habían dado muerte al periodista Jamal Khashoggi. Por otra parte, Amnistía Internacional pierde puntos por su reputación de juzgar selectivamente a países, en función de sus inclinaciones izquierdistas.