¿Fascista, yo?
El día que el politólogo argentino Agustín Laje dictó un discurso en el Congreso de Guatemala, circuló una imagen que lo retrata con el característico bigote de Adolf Hitler. Una organización satánica se atribuye el montaje difamatorio. Además, una colaboradora de la revista feminista La Cuerda, Lucía Escobar, criticó al gobierno por recibir a Laje aduciendo que «si estuviera vivo Hitler, le darían las llaves de la ciudad.» Comprendo que las palabras de Laje irritan a quienes adoran al diablo, a feministas pro-aborto, o a progresistas. Más me sorprendió que un amigo tan liberal como yo cuestionara la intervención del presidente Alejandro Giammattei en la Convención Nacional de Líderes Cristianos, donde habló también Laje. Escribió que era «una versión chapina de fascismo (incipiente) mezclando iglesia(s) y Estado».